El próximo domingo día 25 de octubre toca en España el correspondiente cambio horario para adaptarnos al otoño-invierno. Cuando los relojes marquen las 3:00 tendremos que retrasarlos una hora, hasta las 2:00, con lo que ese día acabará teniendo 25 horas.
El cambio de hora comenzó a generalizarse a partir de 1974, cuando se produjo la primera crisis del petróleo y algunos países decidieron adelantar sus relojes para aprovechar mejora la luz solar y consumir menos en electricidad. Se aplica como directiva desde el año 1981, renovándose cada cuatro años, aunque desde la aprobación de la Novena Directiva del Parlamento Europeo y el Consejo de la Unión de enero de 2001 este cambio de horario tiene carácter indefinido. Esta Directiva se incorporó a las leyes españolas por Real Decreto 236/2002 del 1 de marzo. La Novena Directiva debe cumplirse en todos los países de la Unión Europea y dice que se adelantará el reloj una hora el último domingo de marzo a las 2 horas AM y que retrasaremos el reloj una hora el último domingo de octubre a las 3 horas AM.
Según estima el IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía), en España el ahorro en iluminación en el sector doméstico por el cambio de hora desde finales de marzo a finales de octubre supone unos 90 millones de euros para el conjunto de los hogares españoles. A esto habría que sumar al sector comercio, servicios e industria, con un ahorro de más de 210 millones de euros, lo que hace un total de 300 millones de euros.