En BoingBoing nos cuentan el caso de una auténtica curiosidad dentro del mundo de los relojes. Se trata de un guardatiempos que cuenta con un motor de 60 revoluciones por minuto. Las diversas ruedas de su engranaje giran más despacio en función de su tamaño y posición, de manera que la rueda exterior, que está comunicada con la ruedecita de arriba (ver la imagen) dará una vuelta completa al cabo de 100 años.
Como podéis observar, el aro exterior no está cerrado del todo, por lo que cuando después de nada menos que 3.160 millones de revoluciones el motor haya completado el ciclo… el reloj se desarmará.