La casa Tudor ha enseñado en Baselworld 2008 un cronógrafo de mecanismo automático y líneas deportivas que llama la atención por la sensación de fuerza que destila. Su caja es (también el brazalete) de acero con un diámetro de 43 mm, que se acompaña de una esfera graduada con función de taquímetro y un bisel satinado fijo que está graduado 24 horas, disponiendo también de una aguja de 24 horas. Los pulsadores de las funciones de cronógrafo se encuentran a las 2 y 4 horas en punto, mientras que los contadores totales de horas y minutos están a las 6 y las 12 horas en punto, respectivamente. También hay que destacar su pequeño segundero a las 9 en punto y la ventana de la fecha a las 4 en punto. Completan su «curriculum» el cristal de zafiro, la corona a rosca y la garantía de hermeticidad hasta los 150 metros.
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