En el siglo XIX, el emperador de China Quianlong escribió al rey George III diciéndole que «no hay nada de las posesiones británicas que el Imperio Celestial pueda necesitar«, todo un alegato del orgullo que sentían los chinos ante su cultura milenaria. Sin embargo, Quianlong no dijo toda la verdad, ya que las elites chinas sí deseaban algo de los extranjeros: los relojes.
Ante esta oportunidad de negocio, un joven (21 años) hombre de negocios suizo llamado Edouard Bovet llegó a la ciudad de Guangzhou en 1818 e inmediatamente vendió cuatro relojes por unos 10.000 francos (cerca de un millón de dólares de los de ahora). Tras este éxito, Bovet decidió establecer en esta ciudad una dinastía relojera que se mantuvo 80 años, llegando a convertirse en china el vocablo «Bo Wei» en sinónimo de reloj. Mientras tanto, la casa matriz, en la ciudad suiza de Fleurier (en el cantón de Neuchâtel), se erigió en el centro de producción de las artes y conocimientos relojeros que tanto apreciaban los gobernantes chinos. Los relojes chinos de Bovet eran decorados con perlas y miniaturas esmaltadas, y fueron los primeros en utilizar un cristal en su parte trasera para mostrar su mecanismo.
El actual propietario y presidente de Bovet, Pascal Raffy, que la adquirió en 2001, compró el Châteu de Môtiers, que fue propiedad de la familia de Bovet, con el objetivo de convertirlo en el centro neurálgico de una manufactura que en los últimos años nos sorprende con su buen hacer. Aprovechando el SIHH, Bovet nos ha presentado dos modelos que dejan claro su búsqueda de la excelencia en el mundo de la Alta Relojería; nos referimos al Repeater Tourbillon Triple Timezones Automaton y al Minute Repeater Jumping Hours.
El Repeater Tourbillon Triple Timezones Automaton es un reloj de cuerda manual con un diámetro de 44 mm y 15,5 mm de grosor que tiene más de 600 componentes que pueden verse a través del cristal de zafiro de su parte trasera. El sonido de campanas del repetidor de minutos ha sido añadido para que el afortunado propietario de esta maravilla de la técnica sienta lo especial que es esta obra de arte. La decoración guilloché de la esfera y sus agujas en forma de serpentina contrastan perfectamente con las dos zonas independientes que ofrecen la hora de cuarenta ciudades diferentes. Menos de 10 unidades al año serán producidas en oro blanco o en oro rosa. El movimiento del Triple Timezones Automaton ha sido desarrollado completamente en Bovet y «late» a 18.000 alternancias por hora, disponiendo de una reserva de marcha de 52 horas.
Por su parte, el Minute Repeater Jumping Hours está realizado en una caja en oro blanco de 42 mm de diámetro y 15,4 mm de grosor, con cristal de zafiro por las dos caras y resistente al agua hasta 10 metros (vamos, que si llueve más vale que no se te moje). El movimiento de cuerda manual propio de Bovet tiene un calibre 12BM08 que trabaja a 28.800 alternancias por hora y una reserva de marcha de 55 horas. El indicador de las horas saltantes está situado a las 8 en punto y los minutos se leen gracias a su anillo rotatorio.